En una parcela situada en una urbanización residencial de Pineda de Mar se ha construido esta vivienda unifamiliar que se adapta a la geometría diagonal del solar y aprovecha el desnivel natural del terreno para distribuirse de manera funcional y respetuosa con el entorno. La edificación se organiza en tres plantas y busca una relación fluida entre interior y exterior, con espacios que se abren al jardín y a la luz natural, orientándose hacia el sureste para obtener el máximo confort y eficiencia.

La casa se divide en tres niveles. En la planta sótano, con acceso directo desde la calle Martí Alzina, se encuentra el garaje con capacidad para dos vehículos, una zona de instalaciones y un espacio de almacenamiento. Desde este punto se accede cómodamente a la planta baja mediante una escalera interior.

En la planta baja se desarrolla el programa principal: el acceso peatonal se realiza por la calle Renoir, a través de un porche que da paso al recibidor y a la escalera. Desde aquí, los espacios de día se organizan de forma abierta: cocina, salón y comedor se conectan visual y físicamente con el porche y el jardín. También se encuentra un baño de cortesía y el lavadero, con salida directa al exterior. La relación entre interior y exterior se potencia con grandes aperturas de vidrio y la continuidad del pavimento.

En la planta superior se encuentran las estancias de noche: tres dormitorios que comparten un baño completo y una suite con baño propio y salida directa a una terraza privada. El pasillo central que articula esta planta permite una distribución eficiente y coherente con la volumetría compacta de la vivienda.

En el jardín, en la cota más elevada de la parcela, se ha ubicado la piscina, protegida por un muro de contención y rodeada de vegetación, creando un espacio privado y agradable para el uso diario de la familia.